Los hermanos Francisco y Maseo muestran con satisfacción el pan recogido de limosna.
Camino de Francia, donde según disposición del último Capítulo, les corresponde anunciar la verdad y el bien, hacen un alto en el camino para obtener de la caridad pública el necesario sustento. En las afueras del pueblo, sobre una losa de piedra, junto a una fuente, vierten el producto de la limosna, y al ver con qué generosidad han premiado a su compañero Maseo, da gracias con fervor por los beneficios con que Dios distingue a sus buenos amigos.
Una vez más la parquedad del colorido no es un problema para Benlliure a la hora de recrear a los protagonistas: la estilizada figura del Pobre de Asís, el gesto natural de su compañero, la fisonomía de sus rostros y sobre todo el escenario natural que envuelve a los personajes.
Matiza con su pincelada la textura de la piedra y describe con exquisita solución la vegetación que prende de ella. La sencillez de la composición se ve sobradamente superada por la habilidad en el empleo de la materia pictórica.
(de:Florecillas de José Benlliure)
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