domingo, 25 de julio de 2010


Queridos hermanos:
El Señor os conceda la paz.
¡Salve, Señora, santa Reina, santa Madre de Dios, María,
virgen hecha Iglesia, elegida por el santísimo Padre del cielo,
consagrada por Él con su santísimo Hijo amado y el Espíritu Santo Defensor,
en ti estuvo y está toda la plenitud de la gracia y todo bien!
¡Salve, palacio de Dios! ¡Salve, tabernáculo suyo!
¡Salve, casa suya! ¡Salve, vestidura suya!
¡Salve, esclava suya! ¡Salve, Madre suya!


(San Francisco, Saludo a la bienaventurada Virgen María)

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